«La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi Misericordia». Estas fueron las palabras que Jesucristo le reveló a santa Faustina Kowalska en 1934 y que la religiosa polaca registró en la anotación 300 de su Diario: la Divina Misericordia en mi alma.
Confiando en estas palabras del Señor y ante la guerra en Ucrania, la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia del Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Lagiewniki hacen un llamamiento mundial para rezar la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia las 24 horas del día.
«Queremos invocar la Misericordia de Dios para toda la humanidad, para restablecer la paz en Ucrania y evitar la extensión del conflicto a otros países y continentes rezando con las palabras de la Coronilla de la Divina Misericordia», afirman desde la Congregación.
Además, destacan que esta oración que Jesús dictó a sor Faustina «es un arma poderosa con la que podemos cambiar el destino del mundo de forma incruenta».
Para unirse a la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia por la paz en Ucrania, la Congregación solicita rellenar un breve formulario en el que cada persona puede inscribirse para rezar en el día y la franja horaria que elija. También es posible seleccionar la frecuencia con la que se va a rezar la Coronilla: solo un día, durante una semana, dos semanas o el mes entero. Finalmente, hay que indicar la ciudad o el país de residencia de la persona que reza.
Recordemos que Jesucristo vinculó una promesa al rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia:
«A quienes recen esta Coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan» (Diario, 1541).
El domingo 11 de abril de 2021 se celebra la Fiesta de la Divina Misericordia, que Jesucristo ordenó celebrar en el mundo entero el primer domingo tras la Pascua de Resurrección, tal y como le transmitió a sor Faustina Kowalska en 1931.
El testimonio de Jesús fue recogido por sor Faustina en el Diario, la Divina Misericordia en mi alma. A lo largo de este post, os he remarcado en negrita las palabras de Jesús, indicando también el numeral exacto del Diario donde podéis leerlas.
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene el rango más alto de entre todas las formas de culto a la Divina Misericordia, debido a la magnitud de las promesas que Jesús le reveló a sor Faustina.
Su celebración está vinculada a la veneración de la Imagen de la Divina Misericordia, ya que ese día, según el mandato del Mismo Jesucristo, la Imagen de Jesús Misericordioso que le había ordenado pintar ha de estar expuesta en todas las iglesias, para que el mundo entero conozca la infinita Misericordia de Dios hacia el hombre, al que ama sin límites, deseando su salvación eterna. Por ello, Jesús quiere que los pecadores se acerquen a Él sin miedo, con plena confianza en Su infinita Misericordia.
Cuando sor Faustina le pregunta a Jesús el motivo por el que desea que se celebre la Fiesta de la Divina Misericordia, el Señor le responde lo siguiente: “¿Quién, de entre la gente, sabe de ella? Nadie. Y hasta aquellos que han de proclamarla y enseñar a la gente esta Misericordia, muchas veces ellos mismos no lo saben; por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella” (Diario, 341).
“Hija Mía, di que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi Misericordia para el consuelo del mundo entero” (Diario, 1517).
Las promesas de Jesús
En los siguientes numerales del Diario quedan recogidas las promesas de Jesús para quienes celebren la Fiesta de la Divina Misericordia según Sus indicaciones.
“Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible Misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi Misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi Misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi Amor y Mi Misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi Misericordia” (Diario, 699).
“Hija Mía, mira hacia el abismo de Mi Misericordia y rinde honor y gloria a esta Misericordia Mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de Mi Misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija Mía. El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia, recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la Fuente de Mi Misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré” (Diario, 206).
“Escribe lo que te diré: No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi Misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi Misericordia infinita. Te nombro dispensadora de Mi Misericordia. Dile al confesor que la imagen esté expuesta en la iglesia y no en el convento dentro de la clausura. Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella” (Diario, 570).
“Esta Fiesta ha salido de las entrañas de Mi Misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias. Toda alma que cree y tiene confianza en Mi Misericordia, la obtendrá” (Diario, 420).
El significado de la Imagen de Jesús Misericordioso
Jesucristo le explica a sor Faustina Kowalska el significado de los dos rayos que se ven en la Imagen de la Divina Misericordia que Él le ordenó pintar.
“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la Cruz por la lanza.
Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 299).
“Proclama que la Misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de Mis manos están coronadas por la Misericordia” (Diario, 301).
Obras de misericordia
Jesús le indica a sor Faustina la exigencia de ser misericordioso con el prójimo y cuáles son las tres formas de realizar obras de misericordia. Esta exigencia se extiende a toda la humanidad.
“Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi Misericordia. Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi Misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada. A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742).
Decreto de la Iglesia
Además, para conseguir la indulgencia plenaria en la Fiesta de la Divina Misericordia, la Iglesia Católica instituyó en un Decreto la necesidad de orar ese día por las intenciones del Sumo Pontífice, indicando lo siguiente:
“Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia Divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia Divina, o al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús Misericordioso (por ejemplo, “Jesús Misericordioso, confío en Ti”). Se concede la indulgencia parcial al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús Misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas”.
El 22 de febrero de 1931, Nuestro Señor Jesucristo se apareció a la religiosa polaca sor Faustina Kowalska en su celda del convento de Plock. En 2021 se cumple el 90.º aniversario de esta visión, que dio comienzo a una serie de revelaciones privadas en las que Jesús le transmitió a santa Faustina el mensaje de la Divina Misericordia, encargándole la misión de difundirlo al mundo entero, lo que dio origen al Diario, la Divina Misericordia en mi Alma.
La Imagen de la Divina Misericordia, también conocida como la Imagen de Jesús
Misericordioso, fue revelada por Jesucristo Mismo a santa Faustina Kowalska en la visión que tuvo el 22 de febrero de 1931 en Plock, tal y como ella escribe en su Diario. Os dejo entre paréntesis las anotaciones numéricas del Diario en el que se encuentran las palabras textuales de Jesús, que os encontraréis remarcadas en color negrita.
Sor Faustina relata en el Diario: “Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús
vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo”: “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero” (Diario, 47).
“Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la Tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi Gloria” (Diario, 48).
Los elementos más característicos de esta imagen son los rayos. Jesús, preguntado por lo que significaban, le explicó a sor Faustina lo siguiente:
“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la Cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 299).
La imagen también es una señal que recuerda el deber cristiano de confiar en Dios y amar activamente al prójimo con obras de misericordia. “La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi Misericordia” (Diario, 300).
“A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742).
De esta manera, Jesucristo hizo promesas especiales para quienes venerasen la Imagen de la Divina Misericordia, a través de un culto basado en la confianza en Él y en la realización de obras de misericordia al prójimo por amor a Jesús. La más importante de todas estas promesas del culto a la Imagen de la Divina Misericordia es la salvación eterna. “Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá” (Diario, 48).
“No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi Gracia” (Diario, 313).
“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la
Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).
La Imagen de Jesús Misericordioso está estrechamente unida a la Fiesta de la Divina
Misericordia, que tiene el rango más alto de entre todas las formas de culto a la Divina
Misericordia, debido a la magnitud de las promesas que hace Jesús para quienes participen en esta Fiesta.
“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 49).
“¿Quién, de entre la gente, sabe de ella? Nadie. Y hasta aquellos que han de
proclamarla y enseñar a la gente esta Misericordia, muchas veces ellos mismos no lo saben; por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella” (Diario, 341).
“Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que
cada alma tenga acceso a ella” (Diario, 570).
Jesús le transmite a sor Faustina la importancia que tiene la Fiesta de la Divina Misericordia para los pecadores:
“Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible Misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia.
El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi Misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi Misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi Amor y Mi Misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi Misericordia” (Diario, 699).
Las palabras de Jesús llenan de consuelo a todos aquellos que se sienten abrumados por el peso de los pecados cometidos, que han perdido la confianza en la vida o que han caído en la desesperación. Para todos ellos, la Imagen de Jesús Misericordioso se presenta como una brújula que señala el camino a seguir, con la esperanza puesta siempre hacia adelante.
Seamos conscientes de que con un simple acto de confianza en Jesús desaparecen las
tinieblas y nuestras vidas vuelven a tener sentido, iluminadas por Nuestro Señor. Espero que Sus palabras “Jesús, en Ti confío”, os sirvan de guía y consuelo.