La Fiesta de la Divina Misericordia
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene el rango más alto de entre todas las formas de culto a la Divina Misericordia, debido a la magnitud de las promesas que Jesús reveló a sor Faustina Kowalska, y a su posición en el calendario litúrgico de la Iglesia, al celebrarse el primer domingo tras la Pascua de Resurrección.
La celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia está estrechamente unida a la devoción de la Imagen de la Divina Misericordia, ya que ese día, según el mandato que Jesucristo le transmitió a sor Faustina en 1931, la Imagen de Jesús Misericordioso que le había ordenado pintar ha de estar expuesta en todas las iglesias, para que el mundo entero conozca la infinita Misericordia de Dios hacia el hombre, al que ama sin límites, deseando su salvación eterna. Por ello, Jesús quiere que los pecadores se acerquen a Él sin miedo, con plena confianza en Su infinita Misericordia.
Las palabras de Jesús fueron recogidas por sor Faustina en su Diario: la Divina Misericordia en mi Alma. Al igual que en anteriores posts, os dejo el numeral exacto del Diario donde podéis leer el testimonio de Jesús, que os muestro remarcado en negrita.
Sor Faustina relata que al salir del confesionario escuchó estas palabras: “Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 49).
“Deseo que esta imagen sea expuesta en público el primer domingo después de Pascua de Resurrección. Ese domingo es la Fiesta de la Misericordia. A través del Verbo Encarnado doy a conocer el abismo de Mi Misericordia” (Diario, 88).
Motivos de la Fiesta
Al ser preguntado por sor Faustina sobre el motivo por el que quería que se hablara de esta Fiesta, Jesús le transmite el desconocimiento que existe de la Fiesta de la Misericordia.
“¿Quién, de entre la gente, sabe de ella? Nadie. Y hasta aquellos que han de proclamarla y enseñar a la gente esta Misericordia, muchas veces ellos mismos no lo saben; por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella” (Diario, 341).
Además, Jesús le hizo saber a sor Faustina por qué deseaba la celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia.
“Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi Misericordia. Si no adoran Mi Misericordia, morirán para siempre. Secretaria de Mi Misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran Misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el Día de Mi Justicia” (Diario, 965).
Las promesas de Jesús en la Fiesta de la Divina Misericordia
Los siguientes numerales del Diario tienen una gran importancia, ya que recogen las promesas de Jesús para quienes celebren la Fiesta de la Divina Misericordia según Sus indicaciones.
“Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible Misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi Misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi Misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi Amor y Mi Misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi Misericordia” (Diario, 699).
“Hija Mía, mira hacia el abismo de Mi Misericordia y rinde honor y gloria a esta Misericordia Mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de Mi Misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija Mía. El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia, recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la Fuente de Mi Misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré” (Diario, 206).
“Escribe lo que te diré: No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi Misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi Misericordia infinita. Te nombro dispensadora de Mi Misericordia. Dile al confesor que la imagen esté expuesta en la iglesia y no en el convento dentro de la clausura. Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella” (Diario, 570).
“Esta Fiesta ha salido de las entrañas de Mi Misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias. Toda alma que cree y tiene confianza en Mi Misericordia, la obtendrá” (Diario, 420).
Los dos rayos de la Imagen de Jesús Misericordioso
Sor Faustina le pregunta a Jesús qué significado tienen los dos rayos que se ven en la Imagen de Jesús Misericordioso que el Señor le ordenó pintar. Su respuesta fue la siguiente:
“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la Cruz por la lanza.
Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 299).
“Pide a Mi siervo fiel que en aquel día hable al mundo entero de esta gran Misericordia Mía; que quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas. La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi Misericordia. ¡Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma! Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en Mi Bondad. También los demonios admiran Mi Justicia, pero no creen en Mi Bondad. Mi Corazón se alegra de este titulo de Misericordia” (Diario, 300).
“Proclama que la Misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de Mis manos están coronadas por la Misericordia” (Diario, 301).
Obras de misericordia presentes en la Fiesta
Jesús le indica a sor Faustina la exigencia de ser misericordioso con el prójimo y cuáles son las tres formas de realizar obras de misericordia. Esta exigencia se extiende a toda la humanidad.
“Hija Mía, si por medio de ti exijo de los hombres el culto a Mi Misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en Mi Misericordia. Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.
Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi Misericordia. Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi Misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada. A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742).
Amor infinito de Dios
En su Diario, sor Faustina reflexiona sobre el Amor que Dios siente hacia el hombre. “¡Oh, si las almas quisieran comprender cuánto Dios las ama! Todas las comparaciones así sean las más tiernas y las más fuertes son apenas una pálida sombra frente a la realidad” (Diario, 1073).
Asimismo, recoge varios testimonios de Jesús sobre esta certeza:
“Diles a las almas, hija Mía, que les doy Mi Misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo y soporto la justa ira de Mi Padre” (Diario, 1516).
“Hija Mía, di que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi Misericordia para el consuelo del mundo entero” (Diario, 1517).
La Novena de preparación para la Fiesta
El Señor le pide a sor Faustina preparar la Fiesta de la Divina Misericordia por medio de una Novena particular (Diario, 1209 a 1229), que consiste en rezar desde el Viernes Santo y durante nueve días la oración de la Coronilla que le había enseñado previamente. Además, cada día del novenario, sor Faustina debía presentar unas peticiones especiales por un grupo de almas designadas por Jesús.
“Jesús me ordena hacer una novena antes de la Fiesta de la Misericordia y debo empezarla hoy por la conversión del mundo entero y para que se conozca la Divina Misericordia”. “Para que cada alma exalte Mi Bondad. Deseo la confianza de Mis criaturas, invita a las almas a una gran confianza en Mi Misericordia insondable. Que no tema acercarse a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundirá en el abismo de Mi Misericordia” (Diario, 1059).
“El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo”. “Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias” (Diario, 796).
“Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi Misericordia. Y a todas estas almas Yo las introduciré en la Casa de Mi Padre. Lo harás en esta vida y en la vida futura. Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia. Cada día pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión”.
“Contesté: Jesús, no sé como hacer esta novena y qué almas introducir primero en Tu muy Misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó que me diría, día por día, qué almas debía introducir en Su Corazón” (Diario, 1209).
Por tanto, quien quiera preparar la Fiesta de la Divina Misericordia puede rezar esta Novena, que debe iniciarse el Viernes Santo, tal y como pide Jesús.
Domingo, 8 de abril
En 2018, la Fiesta de la Divina Misericordia se celebra el domingo 8 de abril. Jesucristo nos está brindando un regalo maravilloso, propio de Su Misericordia sin límites: el perdón total de las culpas y penas.
A quienes se sientan arrepentidos por sus pecados, Jesús les invita a acercarse a Él sin miedo, con plena confianza en Su Misericordia, confesarse sacramentalmente y recibir la Santa Comunión. Jesús también nos pide realizar obras de misericordia por el prójimo.
Además, para conseguir la indulgencia plenaria, la Iglesia Católica instituyó en un Decreto la necesidad de orar ese día por las intenciones del Sumo Pontífice, indicando lo siguiente:
“Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia Divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia Divina, o al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús Misericordioso (por ejemplo, “Jesús Misericordioso, confío en Ti”). Se concede la indulgencia parcial al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús Misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas”.
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