El poder de transformar

Muchas veces vivimos sin ser conscientes de que Jesucristo está entre nosotros y de esa forma nos perdemos lo maravilloso de sentirnos amados y consolados por Él.

Jesús no se marchó con Su Muerte y Resurrección. Prometió estar entre nosotros hasta el final de los tiempos porque no es un Dios distante sino todo lo contrario. Es cercano, vive por y para el hombre, para escucharnos y darnos fuerzas en nuestro día a día.

El problema al que nos enfrentamos es dejar a Jesús en el olvido, como si se hubiera marchado para siempre. Nuestra rutina diaria nos impide en ocasiones tenerle presente.

Sin embargo, al Señor le gusta que le queramos y confiemos en Él, que no le demos la espalda porque Jesús dio Su Vida por nosotros y es justo que le sintamos vivo y presente, siendo plenamente conscientes de que solo Él tiene el poder de transformar nuestro día a día en algo maravilloso.

Vencer nuestros miedos
La devoción a la Divina Misericordia

Deja una respuesta